domingo, 17 de marzo de 2013

¡Libertad y absolución de Ailén y Marina Jara!

Marina tiene 19 años y Ailén 21, se encuentran detenidas hace 2 años y un mes. 
Son dos mujeres pobres del Partido de Moreno que fueron acusadas por un vecino del barrio que intentó abusar de ellas.


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El 19 de febrero de 2011 cuando quisieron defenderse con un cuchillo de una nueva agresión, apuñalaron al agresor que estaba armado. Luego hicieron la denuncia en la comisaría de la zona y desde entonces están presas. Todavía no tienen sentencia. 

Según consta, Marina entregó el cuchillo que había utilizado, entendiendo que su accionar había sido en legítima defensa; pero lamentablemente la complicidad mafiosa le jugó en contra. 
La carátula de la causa, que la oficial escribiente tomara como "lesiones graves" fue cambiada por "tentativa de homicidio". 

El damnificado no estuvo ni tres días internado y según parece, no quedó ninguna secuela de aquella herida. Sigue viviendo en el barrio de Sanguineti y dice que se da el gusto de preguntarle a Helena, la mamá de Marina y Ailén, por sus hijas.

Mientras tanto a las hermanas Jara nunca se les concedió la prisión domiciliaria, sufrieron malos tratos en la cárcel y se les negó tratamiento médico. 

La defensora oficial desestimó la historia de acoso sexual y psicológico que ambas venían padeciendo por parte de ese hombre. Rechazó declaraciones que testigos ofrecieron en defensa de las hermanas Jara, aunque aceptó las voces testimoniales de parte del violador, además que les propuso declarar ser culpables para tener un juicio abreviado.

Por ser jóvenes, por ser mujeres, por ser pobres: primero son víctimas de un abusador, luego de la policía, luego de jueces y también del servicio penitenciario. Las instituciones encargadas de hacer justicia, las violentan.

Las cárceles suelen ser máquinas de un poder punitivo que causa daño y suma violencia a las violencias ya vividas, profundiza las brechas sociales, excluye a los ya excluidos  refuerza los patrones de género que provocan desigualdad. 

El encierro en prisión está acompañado de un importante nivel de violencia, en el caso de las mujeres, se agrega la violencia de género que se traduce en maltrato psicológico y agresiones sobre el cuerpo de la mujer, además de requisas vejatorias.


Desde Resistencia Colectiva sumamos nuestra voz 
al pedido de LIBERTAD DE LAS HERMANAS JARA